El Grupo Renovador del Foro Social Mundial: ¿qué es lo que queremos?

por Roberto Savio

En el último Foro Social Mundial, celebrado virtualmente en noviembre del año pasado, participaron poco más de 10.000 personas. De estos, más de la mitad eran de Brasil, otro 41% de América Latina, y el 9% restante de otros países del mundo. Y esto en un momento en que no había que viajar para participar. En la historia del FSM, se parte del primero Foro, en Porto Alegre en el 2001, con casi 40.000 participantes, para llegar a cien mil en el segundo, y mantenerse en cifras parecidas en los Foros Temáticos, Regionales y Sociales, que se han organizado en América Latina, África y Asia desde entonces.

Otro claro desgaste ha sido la calidad de los participantes. Los numerosos intelectuales, académicos y protagonistas de los acontecimientos internacionales, progresivamente se han ido retirando del FSM. Basta mirar les tres grandes últimas movilizaciones: el movimiento para parar la tragedia climática; el movimiento para la dignidad de la mujer; y el movimiento en contra del racismo, las cuales se han desarrollado sin ningún protagonismo del FSM. Igualmente, el FSM ha desaparecido de los medios de comunicación.

Es imposible negar que el FSM se encuentra en una crisis existencial, de gran calado, y que ha llegado el momento de abrir un debate sobre las causas de esta situación, y proponer soluciones.

Esto es lo que un grupo de fundadores del FSM entiende hacer, de manera transparente, participativa y abierta a encontrar soluciones. El Grupo Renovador plantea algunas reflexiones, sin espíritu de polémica o de confrontación con los que no quieren oír hablar de cambios. Nuestro interés no es de tomar el poder (sería sorprendente que así se liquidara el debate), sino volver a hacer del FSM el gran instrumento de expresión y de encuentro que ha sido ene el pasado. Sólo queramos añadir una dimensión: que sea también un instrumento de acción, en consonancia con los tiempos y los desafíos actuales.

Es ciertamente poco científico afirmar que la visión del FSM y su formalización en 2001, no tengan necesidad de actualización. El mundo de hoy es muy diferente. En ese momento el enemigo principal era el neoliberalismo, encarnado en el Foro Económico Mundial de Davos, en contra del cual se levantó el primer Foro de Porto Alegre. Hoy día, ni Davos defiende al neoliberalismo. Fenómenos como la globalización de las finanzas, una injusticia social de niveles sin precedentes, la concentración de riqueza en cada vez menos manos, la fragmentación del mundo en guerras locales (pero siempre internacionalizadas) en un cuadro de destrucción del Planeta, con un creciente choque de religiones e identidades, no eran ni previsibles cuando nos reunimos en Porto Alegre. Pertenece al mundo de las religiones, y no el de los humanos, considerar que un documento -la Carta de Principios del Foro Social Mundial- adoptada en el 2002, sea un documento inmodificable, de valor eterno.

Nuestro Grupo, que ha llamado a reflexionar con nosotros, otros fundadores del FSM, intelectuales y activistas vigentes, pide que se abra un debate de ideas y de vivencias sobre los siguientes puntos.

1)    La Carta de principios se basó en cuatro conceptos muy válidos en su momento:

1) la absoluta horizontalidad del Foro. El FSM era solo un espacio facilitador que los participantes llenaban de contenidos, sin ninguna intromisión. Para no dividirnos, en las reuniones del Consejo Internacional, no se votaba, y si se hacía, las decisiones se tomaban por unanimidad. Y el Foro no podía tener portavoces, ya que nadie tendría la capacidad de hablar en nombre de los demás. El Foro era un espacio abierto, para permitir intercambios de experiencias, de ideas y de visiones., pero no se podían tomar acciones como Foro Social Mundial. Los participantes que querían podían juntarse entre ellos, tomar posiciones a título personal o colectivo, volver a su actividad, incorporar lo que habían vivido con personas de todo el mundo, enriqueciendo así su capacidad de análisis y eficiencia de la acción.

2)    Todo esto era una forma novedosa y brillante de crear una nueva manera de reunir a cientos de miles de personas. Sin embargo, con el paso del tiempo surgían problemas no previstos, que no se han podido solucionar. De entrada, en el Consejo Internacional no hubo ni espacio ni empuje para discutir y elaborar estrategias. Cada persona podía hablar tres minutos, sin resúmenes o conclusiones. En pocos años, el CI fue perdiendo su atractivo, y los intelectuales y las grandes organizaciones y movimientos lo iban abandonando poco a poco.  El CI se transformó en un espacio burocrático, que discutía la organización de los Foros en puros términos administrativos. Y la idea de la horizontalidad hizo que no existiera la capacidad de estructurar los Foros de manera eficiente. En cada Foro había muchos paneles sobre el mismo tema, que no se podían reagrupar, creando una gran fragmentación, y ninguna confluencia.

3)    El otro gran problema fue que no hubo prácticamente una política de comunicación, tanto hacia dentro como hacia fuera. Hacia dentro, existía la imposibilidad de llegar a conclusiones, lo cual hizo que cada Foro no tuviera como referencia los debates de los anteriores. Los Foros se transformaron en una serie de acontecimientos, en lugar de ser un proceso. Y ya que nadie podía hablar en nombre del Foro, el flujo de información hacia los medios faltaba de contenidos y de ideas, con solo informaciones burocráticas, de ningún interés para la gran mayoría de los medios.

 4)    Finalmente, ya que el Consejo Internacional no podía tomar posiciones, y los Foros tampoco, nos fuimos transformando en un proceso autorreferente, sin ninguna capacidad de pronunciarnos sobre los acontecimientos que sacudían al mundo. La idea de la unanimidad, para no dividirnos, resultó una camisa de fuerza profundamente antidemocrática. Basta un solo voto para tumbar pronunciamientos casi unánimes.

 El Grupo Renovador pide que se debatan las siguientes ideas: 

a)     Que una asamblea libre y abierta de los participantes en el próximo Foro, discuta por dos días estos temas, y pueda elabora una actualización del FSM, basada en las experiencias y los datos acumulados durante veinte años.

b)    Que se elija un comité representativo de todas las diversidades: geográficas, de sectores de acción, y de género, que tenga dos años de mandato y no sea reelegible. Este comité se reuniría cada vez que la mayoría lo considere oportuno, para tomar posiciones sobre los acontecimientos en el mundo, entre foros (ahora bienales).  

c)     Que se elimine la regla de la unanimidad, para substituirla con una de mayoría muy calificada (¿el 80%? ¿el 90%?) para eliminar vetos unipersonales.

d)    Que el Foro, además de ser un espacio abierto, sea también un espacio de acción, donde los participantes, con un quorum multitudinario, puedan decidir actuar y estar presentes en la marcha de la humanidad hacia un futuro mejor.

e)    Que se establezca una política de comunicación efectiva entre Foros, con la sociedad civil que no han podido participar a los Foros y por otro lado con los medios, para que la imagen y el pensamiento del FSM vuelvan a llegar a la opinión pública.

Estas son sólo propuestas. Lo que importa es un debate, sin que seamos acusados de despreciar textos sagrados. El Grupo Renovador pide a todos los que tienen interés en un futuro de desarrollo y de éxito del FSM, de participar con sus ideas y proposiciones a este debate….

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